La cafetería de la Blume solía ser a
finales de los 90 un sitio ideal para la tertulia, el chascarrillo y
la anécdota. Ha pasado mucho tiempo y se me han olvidado muchas de
ellas, pero no estaría mal que unos cuantos nos sentáramos un día
a recordarlas. Un buen equipo inicial podría estar formado, por
ejemplo, por Xavi Llobet, Fernando Cabellos, Luismi Martín Berlanas,
Roberto "la cabrita" Gomez, etc. Daría para un (muy
censurable) libro, para unas cuantas sentadas y para muchas más
risas. La cafetería de la Blume actual no es lo que era y pocos
paran por allí hoy, al menos las últimas veces que he pasado por
allí a ver a los pocos amigos que quedan de otra época ya.
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Para mucho de nosotros, ésta es la Blume de verdad. |
La anécdota de hoy es de Arturo Ortiz.
De él, por algún motivo, siempre recuerdo la manera en que en una
ocasión expresó su admiración por Juantorena. Si no me equivoco,
Arturo sigue teniendo el récord de España de salto de altura. La de
hoy es de las anécdotas que más cuento porque es de las más
ilustrativas para deportistas que están en un punto más o menos
avanzando de su evolución deportiva y que se obcecan con detalles
secundarios, no dándole valor en su justa medida. He intentado
localizarle para pedirle permiso para contarla y para que me confirme
que la memoria no me falla demasiado, pues fácilmente pueden haber
pasado 15 años desde que la oí. Si llega a sus oídos/ojos este
post, que se sienta libre de corregirme en cuanto considere
necesario, yo le agradezco de antemano robarle la historia.
Aquel día en la cafetería, "as
usual", quedabamos los cuatro rezagados, los que estabamos de
charla hasta última hora, hasta el "me tengo que ir a entrenar,
que es tarde", sentados allí desde la hora de la comida. Arturo
Ortiz, que al tener beca de externo hacía bastantes sobremesas por
allí, nos contó sobre una concentración que hizo con su entrenador
en Tenerife tiempo atrás.
Para dicha concentración uno de los
objetivos principales era mejorar la técnica. Probaron de todo, cada
día quizá una cosa nueva. Grabaron con video, plataformas
dinamométricas, ejercicios de técnica, hicieron variaciones, "haz
esto", "haz lo otro", etc. Vamos, tal y como nos lo
contó yo me imaginaba que hasta debieron probar con el rodillo
ventral y el salto de tijera. No importa lo que probaran, cada día
que pasaba Arturo saltaba peor. Probaban y probaban cosas sin
resultado: cada vez peor.
Fueron pasando los días de
concentración con esa tónica, de mal en peor. Ya al final de la
concentración, en un aparte, el entrenador le dijo a Arturo Ortiz:
"Bien, ¿ves todo lo que hemos hecho aquí? Pues olvídalo...
tú, salta, simplemente ¡SALTA!"... y, sencillamente, como
Arturo nos dijo aquel día para terminar de contar la anécdota:
"Empecé a saltar, a saltar, a saltar y... récord de España".
Hasta aquí cuento hoy, seguiremos con
esto. Os dejo un video del gran Holm saltando 2m10 a tijera.